La educación de l@s niñ@s en el TChad
Nuestro objetivo es la educación como herramienta de desarrollo.
La base y el pilar del núcleo familiar en este país es la mujer, y por contradicciones de la vida, es el ser peor e injustamente tratado. A día de hoy, la discriminación hacia la mujer, en nuestro caso las niñas, sigue siendo una práctica común, extendida y aceptada en mayor medida, lo que dificulta enormemente su acceso a la educación.
Por lo general solo se invierte en la educación de los varones. Las niñas suelen ejercer de cuidadoras de sus hermanos menores o como moneda de cambio casándolas a temprana edad, pudiendo así (los padres o familiares) cobrar la dote.
El acceso de las niñas a la educación aumenta su poder de decisión, potencia su llegada al mercado laboral y puede retrasar la edad de matrimonio y crianza, pieza clave en la mejora de la planificación familiar y la educación para siguientes generaciones.
Reforzar el papel de l@s niñ@s a través de la educación se considera un factor importante para hacer frente a la violencia y a estas prácticas aberrantes, mejora las condiciones de vida y colabora a fracturar el círculo de pobreza.
Desde Kèmkár apostamos por fomentar la educación como elemento imprescindible para el progreso y poder revertir esa situación.
La esperanza reside en la transformación desde la educación, como nos citó Satrapi, M., “la educación es un arma de construcción masiva”, y desde allí nace con gran ilusión la colaboración con nuestro continente vecino.
Vamos a situarnos…Un poquito de geografía
La República del Tchad es un país situado en el corazón de África. Limita al norte con Libia, al sur con la República Centroafricana y Camerún, al este con Sudán y Sudán del sur y al oeste con Camerún, Níger y Nigeria.
La capital es N´Djamena, la ciudad más grande del país. El proyecto e intervención se lleva a cabo en la Diócesis de Laï, situada en la región del Tandjilé, al sur del Tchad. La región está dividida en dos departamentos (este y oeste), donde las capitales son Laï y Kelo. Laï es además la capital de la región. La superficie de la región es de 18.045 km. Es una de las regiones más aisladas del país, pues a excepción de la carretera N´Djamena- Kelo- Moundou, que atraviesa la zona del Tandjilé oeste, el resto de la región está casi totalmente aislada en la época de lluvias, porque las pistas son intransitables.
Los idiomas oficiales son el francés y el árabe, pese a que el Tchad tiene más de 120 lenguas minoritarias entre la población. En el territorio hablan ngambaye, lelé, gabrí y julay. Más de la mitad de la población es de religión musulmana, un tercio comulga con el cristianismo y una pequeña parte de animistas.
Casi la totalidad del territorio es desierto, el Sahara al norte y el Sahel en la región central. Al este haciendo frontera con Camerún y Nigeria se encuentra el lago Tchad, el que da el nombre al país, por lo que podemos intuir que la superficie de vegetación y posibilidad para el cultivo es escasa, llevándose a cabo una agricultura de subsistencia, cultivando en mayor medida frijoles, arroz y cacahuetes, y dependiendo de las épocas lluvias-sequía.
La mayor parte de la población reside en aldeas dispersas y la hambruna es un mal extendido entre la población, en especial en la región del Sahel, debido a la pérdida de zonas cultivables producido por el cambio climático. La lucha contra la pobreza ha sido y es uno de los objetivos principales de la política económica del Gobierno, con acciones importantes aunque no suficientes, así como de colaboración y cooperación internacional, con multitud de proyectos que contribuyen de manera activa en el desarrollo social, económico y político del país.
La estructura demográfica es propia de países menos desarrollados, donde casi la mitad de la población es menor de 15 años y tan sólo el 3% supera los 65, datos con una estrecha relación con su esperanza de vida que es de 49,44 en datos recogidos de indexmundi de 2014.



